Las metodologías de aprendizaje continúan evolucionando. La instrucción de nuestras tecnologías amplían, poco a poco, las opciones de crear nuevas experiencias para los alumnos. Con ello, deberíamos buscar siempre tres elementos: que enganche al alumno (motivación), que sean compatibles con su día a día (adaptadas) y que sean memorables (experiencia).
Un espejo en el que mirarse en estos casos es el de los videojuegos. Desde aquellos juegos esquemáticos de los años 80 hasta las increíbles historias inmersivas de hoy, esta industria ha evolucionado para dar respuesta a los tres puntos que hemos visto en el párrafo anterior. Pero ¿cómo podemos aplicar este espíritu «gamer» en nuestra formación? Vamos a verlo.
El espíritu gamer
Los «gamer» (aficionados a los videojuegos) han creado toda una industria que no para de crecer en torno a los conocidos como e-sports. Estas competiciones, con un fin lúdico y competitivo, tiene el «poder» de enganchar a millones de personas (más gente de la que ve cualquier deporte en el mundo) para seguir sus competiciones.
En estas competiciones se mezclan varios elementos que a nosotros nos interesan a la hora de crear soluciones de aprendizaje:
Los e-sports enganchan. Lo hacen mediante un escenario gamificado básico. Hay una dinámica de juego (da igual el juego en sí) y los jugadores ganan puntos al realizar determinadas acciones. El equipo o jugador que más puntos tiene gana, así de sencillo. Es una competición.
El segundo punto que tenemos que sacar es la adaptación. Los juegos se adaptan a las necesidades de los jugadores para motivarles a jugar. Hay juegos que requieren horas y otros que se juegan en minutos. Los hay de habilidad y los hay de estrategia. Aplicado al aprendizaje, estos nos enseña que la experiencia que creemos debe adaptarse a las necesidades reales del alumno/a.
Por último la experiencia. Es increíble la experiencia que se crea en torno a una competición de e-sports. Es como la mejor de las finales de cualquier deporte. El sentimiento de reconocimiento y las ganas de participar que se generan son enorme y esto retroalimenta la propia industria. A nuestra escala, esto es importante. Hay que crear una experiencia memorable ya que buscaremos generar recuerdo en los alumnos, como no puede ser de otra manera.
Ahora la visión aplicada al aprendizaje
Existen muchas metodologías que utilizan algunos de estos elementos que hemos descrito en párrafos anteriores. Ahora vamos a desgranar lo que tendríamos que implementar para crear nuestro reto de aprendizaje con espíritu gamer:
Hay que comenzar pensando en la experiencia. Hay que crear un «challenge» o una competición. El objetivo es demostrar que eres el que más sabe del tema que quieras impartir. Para ello, hay que ganar el concurso. Así de sencillo.
Una vez tenemos nuestro concurso, hay que crear la experiencia. ¿Cómo van a ser las pruebas? ¿Vamos a permitir que interactúen los alumnos entre sí? ¿Cómo se reconoce el buen hacer? ¿y los errores?. Todas estas preguntas tienes que resolverlas. Mi recomendación: no te compliques. El enfoque de retos basados en preguntas o casos funciona bien. Si ganas, una victoria, si pierdes, una derrota y pierdes vida. Así de sencillo.
Ahora tenemos que potenciar el aprendizaje. Para contestar correctamente a las preguntas que lanzamos en nuestra competición hay que conocer la materia y para ello, debemos poner a disposición de los alumnos/as los contenidos que les ayuden a mejorar. También se puede combinar la competición con la impartición de clases (en directo o presenciales), lo que puede generar una experiencia aún más potente. Lo importante: no aburras al alumno/a, deben ser microcontenidos si quieres una buena experiencia on-line.
Ya lo tenemos todo… o casi. Nos falta la experiencia y el momento de reconocimiento/evaluación. Esto es una competición y en consecuencia hay que «premiar» a los alumnos. Aquí entra en escena la gamificación. Hay que generar una experiencia de reconocimiento especialmente para los ganadores de la competición. Tendremos un ranking general donde encontremos a los concursantes más aventajados en todo momento. Pero no nos podemos limitar al top 10, hay que incluir otros reconocimientos como pódium semanales, medallas, puntos de experiencia, etc. Todo lo que ayude a recibir un reconocimiento adecuado por el esfuerzo realizado por parte del alumno/a.
¿Por dónde empezamos?
Lo primero es escoger el tema que quieres potenciar con esta metodología. Si eres un profesor de primaria, secundaria o universidad, te recomiendo que escojas una asignatura. Si eres responsable de formación en una compañía, escoge ese tema del que necesitas imbuir a tu equipo pero no sabes cómo motivarles (compliance, agile, ciberseguridad, etc.).
Piensa en una experiencia potente y cómo vas a reconocer a tus alumnos. Es importante que estén motivados. En educación primaria, secundaria o universidad parece sencillo: aprueban los que queden en cierto nivel del ranking, el resto suspensos. En el caso de la empresa, la motivación debería ir ligada a algún tipo reconocimiento (entrega de un trofeo con todos los compañeros/as presentes, días libres, acceso a formación avanzada, etc.). Lo importante es que sea algo que motive para generar una competición.
El último consejo que puedo daros es que os dejéis ayudar por profesionales. Aunque es sencillo de montar y existen herramientas (ahora os hago un poco de publi) para hacerlo tu mismo, siempre es bueno contar con el apoyo de profesionales que hayan creado este tipo de proyectos antes y te puedan orientar.
Alerta publi: desde Alumne hemos desarrollado un módulo específico en nuestro LMS para implementar estas experiencias. Nuestro módulo Xallenge te permite crear un concurso de aprendizaje sobre cualquier materia y una experiencia on-line muy potente para tus alumnos. Puedes echarle un vistazo en la web de Alumne LMS.
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